domingo, 27 de junio de 2010

hoy 27 de junio


Hoy voy a escribir sobre la muerte.
Hay personas que nunca llegan a estar vivas realmente. Nacen, comen, duermen, van al baño y en general hacen todo lo que un ser humano normal hace pero la vida nunca llega a ensuciarlos….así era mi papá. Yo siempre supe que él no pertenecía a este mundo…estaba lleno de una gracia inexplicable, de una magia que envolvía cada uno de sus movimientos y de sus reflejos. Mi papá era barrigón, tenía los ojos del color de un atardecer, la piel blanca, los pies y las manos suaves y varios lunares en los brazos y el cuello que parecían querer desprendérsele con el más leve contacto. Se vestía desprevenidamente y después de hacerlo siempre se metía en el bolsillo un pañuelo y una peinilla de las que compraba en una farmacia conocida de Riosucio.
Se lavaba el pelo con Shampoo Johnson’s, comía devotamente mogollas integrales y tomaba kumis (cuando se hacía muy notoria su barriga). Compraba cantidades industriales de Vick Vaporub. Adoraba las farmacias y las panaderías.
Mi papá siempre fue cariñoso conmigo….estando sentada en sus piernas yo me sentía una princesa. Me acostumbré a escuchar su música, a disfrutar de su humor Chispiritesco, a dejarme conducir del cuello cuando salíamos a la calle, me acostumbré a su olor después de los viajes, a sus bolsillos llenos de monedas, a su risa contagiosa, a su amor fraternal, a su generosidad, a cogerle las orejas…me acostumbré a ir con él a Frisby en las ocasiones especiales, a su radio de pilas para escuchar los partidos….me acostumbré a que fuera mi papá.
La última vez que lo vi estaba acostado en la cama, tenía una pantaloneta negra y anaranjada y estaba hablando con un señor de Pensilvania sobre una casa que iba a comprarle. Me acuerdo que empecé a pensar en lo extraordinario del mundo….me parecía singularmente bello que tantas rarezas estuvieran reunidas en un ser humano que podía hablar, moverse y pensar… estuve un largo rato observando el compás de su respiración… me sentía orgullosa de quererlo TANTO. Una semana después se murió.

6 comentarios:

  1. Hoy, después de leer esto, estuve pensando que el lugar que uno le da a la gente viva no se esfuma cuando ellos mueren, sino, tal vez, cuando uno muere.

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  2. Me animas a escribir sobre mi finado padre. Y lo haré en estos días.

    Mi padre fue farmaceuta y enfermero. Más de 50 años aplicó inyecciones, y murió feliz: conoció las mejores nalgas de Manizales.

    De joven fue carpintero. Y guardaba una caja de herramientas antiguas. Unas reliquias hermosas. Y yo, desaparecí esas joyas, prestándoselas a los vecinos.

    Recuerdo las últimas palabras de mi Padre en su lecho de muerte. Antes de colgar los guayos, me miró con ojos tristes y me dijo:

    - ¡¿Quién quedó con el martillo alemán?!


    MUJER:
    ¡Sigue escribiendo¡ Soy uno de tus visitantes.

    Abrazos,

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  3. jajaja, muy chistoso eso del martillo alemán.

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  4. JUANITO:

    Hablando de seres queridos muertos:

    Sobre mi mamá Abigail(q.e.p.d.) te cuento ( y fue real):

    Mi querida progenitora, falleció finiquitando el siglo XX; muchacha aún, se aproximaba a los 80.

    Eran las primeras horas de la madrugada, y estábamos en nuestra casa. Cuando mi mamá empezó a generar ruidos estertores desde su lecho donde dormitaba en estado de coma, por recomendación de las entendidas fuimos sus hijos, uno a uno, a legarle cortas palabras para que descansara en paz.

    Yo fui el último. Pensé que lo indicado, era una aclaración final sobre mi futuro laboral:

    - Mamá, hoy iré a primera hora a una entrevista para un empleo. Me necesitan. Soy la mejor hoja de vida. Soy imprescindible. Voy a la fija…

    De inmediato mi mama expiró, con la tranquilidad de un hijo ubicado en la vida. Murió, sin escuchar la segunda parte de mi discurso:

    - Voy a la fija… ¡VOY A RENUNCIAR A ESA POSTULACIÓN!

    Aclaro que mi mamá era supremamente religiosa, una persona única, caritativa y solidaria al extremo, una santa. Y como su muerte coincidió con un fenómeno espectacular de ‘lluvia de estrellas’, en esa madrugada que fue de cielo nítido, me gané un codazo con pellizco de mi hermana mayor, cuando le murmuré:

    - Hermanita, estoy sosegado y fresco, yo sé que nuestra madre se merece el cielo. Solamente me preocupa una cosa: su ascensión al cielo se está produciendo en el preciso momento en que cae un aguacero de estrellas, y… ¡ABIGAIL VIAJÓ SIN CASCO PROTECTOR!

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  5. Definitivamente deberías escribir sobre tus padres...por lo que escribes ellos también eran personajes excepcionales. Gracias por leer mis escritos :)

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  6. Es verdad lo que dices acerca del lugar que uno le da a la gente viva. Últimamente tengo muy presente a mi papá...mucho más que a la mayoría de la gente viva.

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